Película nº 148/VI Ran (1985)



Presentan y moderan el "Caos":

ファンパブロ

 フアン・カルロス

Ficha parte gráfica:フアン・カルロス

Textos:ファンパブロ



6 comentarios:

  1. Sensei Huan Karloru, arigató

    Tu ficha es una obra de arte muy kurosawiana. Su único incoveniente procede de mi mano: un texto excesivo en la página 2 que tú te has empeñado en respetar íntegro. Pero es tan bello el contienente pictórico y textil en el que has colocado el "contenido"... que se salva. Conviertes el "Caos" en "Cosmos".

    Propagaremos tu ficha para presumir, sensei.

    ResponderEliminar
  2. Tanto la ficha,como el comentario y la película son obras de arte.

    ResponderEliminar
  3. Inmersos como nos encontramos, en mayor o menor medida, en un mundo cada vez más complejo, virtual y estresante donde lo habitual viene siendo -lo quiero, lo tengo y lo tengo ya-, en ocasiones , es difícil comprender que los ritmos vitales puedan ser entendidos y vividos de otra manera. A otro paso. Con otro significado. Con otra calma.

    En el caso que nos ocupa, respecto al cine japonés que hemos tenido el privilegio de ver en las últimas semanas, tan magistralmente presentadas por nuestro amigo Juan Carlos, que nos sólo nos ha acercado a ellas sino que nos ha introducido en un mundo de encanto y sensibilidad y nos ha hecho contemplarlas de forma maravillosa, las películas elegidas y sus directores, son una muestra de la cultura japonesa y ese otro sentido de la vida.

    El ritmo lento de oriente y su filosofía asombrosa junto a su admirable literatura que en un momento de mi vida me fascinó y desde entonces soy admiradora y seguidora.

    La cultura japonesa es única en el mundo pues es un país que estuvo cerrado al mundo durante siglos en los que permaneció en la época feudal con los Samuráis como la clase guerrera con más poder durante siglos, una forma de vida con una serie de reglas y un pensamiento ético todavía influyente en la vida de los japoneses.

    Un camino de vida basado en una serie de valores como lealtad, sacrificio, justicia y honor , influenciado por el budismo zen gracias al cual mantienen la calma sin dejarse dominar por la emociones y por el confucionismo del cual heredaron que las relaciones entre las personas son la base de la sociedad así como el respeto a los antepasados y a los mayores, tal y como hemos podido ver en RAN y en CUENTOS DE TOKYO, dos grandes obras para ver con mirada amplia y corazón sereno.

    Estas influencias hay llegado hasta hoy día . La mayor parte de las personas son honestas, formales, pacientes, herencia del Bushido, este código moral de sinceridad, honradez, compasión y cortesía, de ahí que su cultura nos resulte a nuestro modo de pensar, apasionada y misteriosa y al mismo tiempo nos deje muchos aspectos por comprender, muchas puertas por abrir.

    Todas estos valores los hemos visto representados en las dos películas. No se tratan simplemente de películas “ lentas” o “extrañas”. Es demasiado simple y subjetivo. Se trata de otra filosofía de vida la que nos muestran los dos directores, cada uno con su personalidad y forma de abordar las historias dos maestros que nos regalan otros mundos. Otra moral, otro pulso. El de un vivir atento, visual, estético, delicado y profundo.

    El cine japonés tiene un carácter sintético: es un haikú. Es su rasgo distintivo. Narración con imágenes que poseen significados, que expresan humanismo. Lo bello.
    Imágenes que reivindican valores sociales tradicionales mostrando situaciones de la vida cotidiana o situaciones rituales y culturales explicadas con sencillez y equilibrio y que encierran tesoros que a veces se nos escapan de nuestra mirada occidental. Entonces nos vemos etiquetando, interpretando e intentando dar explicación sin conseguirlo.
    Porque ante la errónea apariencia de cine primitivo, nos encontramos con grandes obras. Obras maestras que sólo a través de su “contemplación” entenderemos que prescindiendo de todo el artificio y la inmediatez a los que estamos acostumbrados, nos encontramos ante maestros que han hecho del cine una verdadera ceremonia ritual y maravillosa.

    Ciertamente hay momentos en nuestra vida, como por ejemplo el cine, en los que podemos aprovechar y disfrutar de las grandes perlas que nos regala la filosofía oriental para poder aportar a nuestro mundo, mucho más talento.



    Felices Fiestas. Mucha Salud , mucho Amor y mucha Calma.

    ResponderEliminar
  4. Muchas gracias, Trini.
    Un comentario muy enriquecedor.

    ResponderEliminar
  5. “Ocurrió un día a la caída del crepúsculo. Un sirviente esperaba debajo de la puerta Rashômon a que escampara la lluvia…”

    Este es el comienzo de uno de los cuentos más bellos del escritor japonés Akutagawa Ryûnosuke y que sirvió de inspiración a Akira Kurosawa para realizar su película “Rashômon”.

    Y como una bella metáfora, fue una puerta que se abrió ante nosotros, en Cineando, al cine japonés.

    Durante estos cinco años hemos atravesado muchas puertas, la mayoría excitantes y enriquecedoras. Películas de Argentina, Irán, China, México, Suecia, Irlanda, Italia, Corea del Sur, Francia, Alemania, España, etc. Y por supuesto de Estados Unidos.

    Puedo decir, sin complejos, que el cine de Hollywood es el que siempre me ha llenado más y sigue haciéndolo, y es uno de los motivos por el que amo el cine y el que me ha traído hasta este grupo de amigos. Pero tengo el convencimiento que debemos seguir abriendo puertas a otras cinematografías, pues mi experiencia me dice que en esos otros mundos también encontraremos lugares comunes donde disfrutar.

    Utilizando el título de una novela de Patricia Highsmith, adaptada al cine por un alemán, Win Wenders, siempre podremos volver a “El amigo americano”.

    Aún quedan muchas puertas por abrir, no sólo las de Lubitsch, pensad en el comienzo de Centauros. A lo lejos se ve llegar un jinete…

    ¡Buenos tiempos para la lírica!

    Os invito, A TODOS, a que recomendéis títulos, experiencias cinematográficas vividas. Yo seguiré proponiendo mis/mil sensaciones positivas disfrutadas.

    Será un placer compartirlas.

    ResponderEliminar
  6. Abro Rashômon
    ojos como platos
    sonrisa en mi rostro

    ResponderEliminar