El admirado Woody Allen tituló así su película de 1980, aquí en España se estrenó como “Recuerdos”, y trataba como su nombre indica de hacer un alto en el camino y recordar tiempos pasados y su trayectoria como artista. De nuevo Woody trasladaba a las pantallas sus reflexiones y experiencias personales.
Ayer en la presentación de Beli me vino a la “memory” la película de Allen, pues ella nos contó su experiencia con “Cuerno de cabra”. Viajó en el tiempo y nos narró de forma casi psicoanalítica como de forma casual, debido a las limitaciones que se tenían entonces para ver obras de este estilo, descubrió la película búlgara. Con detalles de escenas familiares, con clasificaciones de audiencia cinematográficas, con programas de televisión míticos (La Clave de José Luis Balbín), con la fecha del hecho (31.08.1984) a altas horas de la noche, e incluso el detalle simpático del cambio de impresiones con un frutero búlgaro (Ella sí encontró al búlgaro).
Y con ese ejercicio de diván, también me transportó a esos momentos de la década de los setenta cuando yo asistía -y me asistían- a esas proyecciones “raras de coj…”* a las que nos sometíamos en ocasiones y que fueron formando una base cinéfila, que ahora agradezco sobremanera.
Sí, es posible, lo confieso, que una de las razones que nos “empujaban” a las salas de cine era el contemplar un pecho escurridizo ¿Cómo no?, luego teníamos la oportunidad del Sacramento de la Confesión y pelillos a la mar. Esto de la confesión era un puro chollo, ¡Qué bien pensado estaba!, malo durante la semana y el sábado limpio como la patena. La penitencia normalmente era rezar 2 ó 3 Padrenuestros (mis pecadillos eran veniales), que incluso rezaba alguno más y ya tenía tarea adelantada para la semana siguiente. (Este último párrafo he dudado en ponerlo, pero que coñ…*, para los cuatro que lo leen y además amigos, pues lo dejo)
Creo que no fui el único que “lo trasladaron” a su pasado cinéfilo pues, como el Guadiana, de nuevo surgió el Primo** Víctor. Yo creo que ya va siendo hora que le hagamos al Primo** Víctor el carné de socio de Cineando. Al menos está más en los comentarios que otros por el Salón de Actos.
¡Ah Beli, las Salas de Arte y Ensayo! (de ahí “Presentación de Arte y Ensayo”), las visité de forma asidua más tarde y talludito. ¡Cuántas películas raras veíamos!, con trencas desgastadas, pantalones vaqueros Pepe Ibáñez, gafas de pasta remendadas con tesa-film y un paquete compartido de cigarrillos “Sombra” -después como buen cinéfilo nos pasamos a los “Hollywood”-. Nos tragábamos cualquier cosa, Bergman, Fassbinder, Herzog, Bertolucci, Saura, Gonzalo Suárez, hasta un tal Metodi Andonov (de este ya no se supo más) y un largo etcétera de directores. A veces pienso que esa fue mi penitencia por los pecados mortales; en ocasiones veía un programa doble, para llevar tarea adelantada para los pecados futuros.
Gracias campeona, anoche enfocaste momentos muy interesantes de mi pasado.
*Como actividad educativa/cultural rellene usted los puntos suspensivos.
**Primo lo pongo con mayúsculas pues ya ha pasado a ser Nombre Personal, se convierte en nombre compuesto. Ejemplo: Juan Pablo y Primo Víctor.
Que pena!!! Como me gustaría haber estado en esa presentación que por tus palabras supongo intimista y personal. Esa evocación a nuestras historias personales es un regalo. Esos instantes de recuerdos no tienen precio. Enhorabuena Beli, espero que haya muchas más
Que pena!!! Como me gustaría haber estado en esa presentación que por tus palabras supongo intimista y personal. Esa evocación a nuestras historias personales es un regalo. Esos instantes de recuerdos no tienen precio. Enhorabuena Beli, espero que haya muchas más
Pues claro que si Juan Carlos, hay que poner lo que se siente y tú lo has puesto, me alegra y valoro la sinceridad y no creas que te siguen tan pocos, más de lo que tú crees. Un abrazo amigo y sigue con tus reflexiones en voz alta. A Beli, decirle que estuvo genial, que transmite una pasión en sus presentaciones que son esperadas.....y que La Clave era otro de mis programas favoritos y que estaría bien recuperar, claro que un Balbín o Román Gubern (éste afortunadamente vive) no se improvisan.
Yo me hubiera conformado con que la película os hubiera gustado tanto como a mí. Pues al ser yo quien la propuso, me sentía responsable. Así que todo lo que me contáis me halaga enormemente.
Estuve dudando si contar mi historia personal con Cuerno de cabra, pues no quería ser yo la protagonista, sino la película.
Y bueno, las presentaciones son para mí como una moneda; tienen su cara, que consiste en investigar sobre la película, y resulta muy interesante porque aprendes mucho mientras te documentas. Y su cruz, que consiste en subir sólo dos escalones, y que producen ese efecto de malestar en mí.
Muy agradecida chicos, gracias.
Posdata: Yo también propongo hacer socio de cineando al Primo Víctor de Juan Pablo, ya lo consideramos uno de los nuestros, je je.
Gracias, Beli. Pues sí, mi primo Víctor fue decisivo en aquellos años de principios de los ochenta, cuando en la universitaria Granada, entre los 18 y 23 años (le llevo 9 meses) me llamaba para ir a cines de El Realejo, como el Príncipe y el Alhambra, que proyectaban películas ajenas al circuito comercial y con un espíritu de filmoteca. Allí estábamos al menos dos veces al mes, tras un paseo nocturno granadino de media hora a la ida y otra media a la vuelta sin parar de hablar (de cine y de mujeres, básicamente). Le estoy muy agradecido, pues no sólo era él quién estaba al loro de la programación y me avisaba, sino que, ante mi habitual ruina, era frecuente que invitara...
Como dice Juan Carlos, allí disfrutamos de cine italiano, sueco, francés, alemán, británico, japonés... y del norteamericano clásico o más alternativo... Y efectivamente comparto con él recordar películas de Woody Allen, Hitchcock, Kurosawa, Bergman, Truffaut, Malle, Chabrol, Fassbinder, Herzog, Fellini, Pasolini, Bertolucci...
Hubo alguna de la cual estuve a punto de salirme, como la turbadora homoerótica Querelle, de Fassbinder (nuestro orgullo cinéfilo impedía el abandono), u otras que encantado como Annie Hall, Dersu Uzala, 2001... y de un modo especialmente inolvidable Vértigo (De entre los muertos)...
Personas, películas, impresiones, cervezas, paseos, risas... con las que se forjaba nuestra personalidad.
Senderos de Gloria; Ran; Adios, muchachos; Los valientes andan solos; Encadenados; El pequeño salvaje; Amarcord... Uffff... y otros tantos placeres que me dejo en el tintero...
¡Beli!, felicitarte y darte la enhorabuena por la presentación de Cuerno de Cabra, la sinceridad de tus palabras y comentarnos las razones personales que motivaron la elección de esta película.
Respecto a la película, a pesar de no tener prácticamente banda sonora y ser parco en los diálogos, la imagen y la historia transmite, logra atraparnos y no da respiro al espectador en ningún momento. Me ha gustado.
Otra ficha más en tu línea artística y profesional, maestro.
ResponderEliminarGracias.
Stardust Memories
ResponderEliminarEl admirado Woody Allen tituló así su película de 1980, aquí en España se estrenó como “Recuerdos”, y trataba como su nombre indica de hacer un alto en el camino y recordar tiempos pasados y su trayectoria como artista. De nuevo Woody trasladaba a las pantallas sus reflexiones y experiencias personales.
Ayer en la presentación de Beli me vino a la “memory” la película de Allen, pues ella nos contó su experiencia con “Cuerno de cabra”. Viajó en el tiempo y nos narró de forma casi psicoanalítica como de forma casual, debido a las limitaciones que se tenían entonces para ver obras de este estilo, descubrió la película búlgara. Con detalles de escenas familiares, con clasificaciones de audiencia cinematográficas, con programas de televisión míticos (La Clave de José Luis Balbín), con la fecha del hecho (31.08.1984) a altas horas de la noche, e incluso el detalle simpático del cambio de impresiones con un frutero búlgaro (Ella sí encontró al búlgaro).
Y con ese ejercicio de diván, también me transportó a esos momentos de la década de los setenta cuando yo asistía -y me asistían- a esas proyecciones “raras de coj…”* a las que nos sometíamos en ocasiones y que fueron formando una base cinéfila, que ahora agradezco sobremanera.
Sí, es posible, lo confieso, que una de las razones que nos “empujaban” a las salas de cine era el contemplar un pecho escurridizo ¿Cómo no?, luego teníamos la oportunidad del Sacramento de la Confesión y pelillos a la mar. Esto de la confesión era un puro chollo, ¡Qué bien pensado estaba!, malo durante la semana y el sábado limpio como la patena. La penitencia normalmente era rezar 2 ó 3 Padrenuestros (mis pecadillos eran veniales), que incluso rezaba alguno más y ya tenía tarea adelantada para la semana siguiente. (Este último párrafo he dudado en ponerlo, pero que coñ…*, para los cuatro que lo leen y además amigos, pues lo dejo)
Creo que no fui el único que “lo trasladaron” a su pasado cinéfilo pues, como el Guadiana, de nuevo surgió el Primo** Víctor. Yo creo que ya va siendo hora que le hagamos al Primo** Víctor el carné de socio de Cineando. Al menos está más en los comentarios que otros por el Salón de Actos.
¡Ah Beli, las Salas de Arte y Ensayo! (de ahí “Presentación de Arte y Ensayo”), las visité de forma asidua más tarde y talludito. ¡Cuántas películas raras veíamos!, con trencas desgastadas, pantalones vaqueros Pepe Ibáñez, gafas de pasta remendadas con tesa-film y un paquete compartido de cigarrillos “Sombra” -después como buen cinéfilo nos pasamos a los “Hollywood”-. Nos tragábamos cualquier cosa, Bergman, Fassbinder, Herzog, Bertolucci, Saura, Gonzalo Suárez, hasta un tal Metodi Andonov (de este ya no se supo más) y un largo etcétera de directores. A veces pienso que esa fue mi penitencia por los pecados mortales; en ocasiones veía un programa doble, para llevar tarea adelantada para los pecados futuros.
Gracias campeona, anoche enfocaste momentos muy interesantes de mi pasado.
*Como actividad educativa/cultural rellene usted los puntos suspensivos.
**Primo lo pongo con mayúsculas pues ya ha pasado a ser Nombre Personal, se convierte en nombre compuesto. Ejemplo: Juan Pablo y Primo Víctor.
Que pena!!! Como me gustaría haber estado en esa presentación que por tus palabras supongo intimista y personal.
ResponderEliminarEsa evocación a nuestras historias personales es un regalo. Esos instantes de recuerdos no tienen precio.
Enhorabuena Beli, espero que haya muchas más
Que pena!!! Como me gustaría haber estado en esa presentación que por tus palabras supongo intimista y personal.
ResponderEliminarEsa evocación a nuestras historias personales es un regalo. Esos instantes de recuerdos no tienen precio.
Enhorabuena Beli, espero que haya muchas más
Pues claro que si Juan Carlos, hay que poner lo que se siente y tú lo has puesto, me alegra y valoro la sinceridad y no creas que te siguen tan pocos, más de lo que tú crees. Un abrazo amigo y sigue con tus reflexiones en voz alta.
ResponderEliminarA Beli, decirle que estuvo genial, que transmite una pasión en sus presentaciones que son esperadas.....y que La Clave era otro de mis programas favoritos y que estaría bien recuperar, claro que un Balbín o Román Gubern (éste afortunadamente vive) no se improvisan.
Me hacéis muy feliz con vuestros comentarios!
ResponderEliminarYo me hubiera conformado con que la película os hubiera gustado tanto como a mí. Pues al ser yo quien la propuso, me sentía responsable. Así que todo lo que me contáis me halaga enormemente.
Estuve dudando si contar mi historia personal con Cuerno de cabra, pues no quería ser yo la protagonista, sino la película.
Y bueno, las presentaciones son para mí como una moneda; tienen su cara, que consiste en investigar sobre la película, y resulta muy interesante porque aprendes mucho mientras te documentas. Y su cruz, que consiste en subir sólo dos escalones, y que producen ese efecto de malestar en mí.
Muy agradecida chicos, gracias.
Posdata:
Yo también propongo hacer socio de cineando al Primo Víctor de Juan Pablo, ya lo consideramos uno de los nuestros, je je.
Ja, ja...
EliminarGracias, Beli. Pues sí, mi primo Víctor fue decisivo en aquellos años de principios de los ochenta, cuando en la universitaria Granada, entre los 18 y 23 años (le llevo 9 meses) me llamaba para ir a cines de El Realejo, como el Príncipe y el Alhambra, que proyectaban películas ajenas al circuito comercial y con un espíritu de filmoteca. Allí estábamos al menos dos veces al mes, tras un paseo nocturno granadino de media hora a la ida y otra media a la vuelta sin parar de hablar (de cine y de mujeres, básicamente). Le estoy muy agradecido, pues no sólo era él quién estaba al loro de la programación y me avisaba, sino que, ante mi habitual ruina, era frecuente que invitara...
Como dice Juan Carlos, allí disfrutamos de cine italiano, sueco, francés, alemán, británico, japonés... y del norteamericano clásico o más alternativo... Y efectivamente comparto con él recordar películas de Woody Allen, Hitchcock, Kurosawa, Bergman, Truffaut, Malle, Chabrol, Fassbinder, Herzog, Fellini, Pasolini, Bertolucci...
Hubo alguna de la cual estuve a punto de salirme, como la turbadora homoerótica Querelle, de Fassbinder (nuestro orgullo cinéfilo impedía el abandono), u otras que encantado como Annie Hall, Dersu Uzala, 2001... y de un modo especialmente inolvidable Vértigo (De entre los muertos)...
Personas, películas, impresiones, cervezas, paseos, risas... con las que se forjaba nuestra personalidad.
Un abrazo, forjadores actuales.
Senderos de Gloria; Ran; Adios, muchachos; Los valientes andan solos; Encadenados; El pequeño salvaje; Amarcord... Uffff... y otros tantos placeres que me dejo en el tintero...
Eliminar¡Beli!, felicitarte y darte la enhorabuena por la presentación de Cuerno de Cabra, la sinceridad de tus palabras y comentarnos las razones personales que motivaron la elección de esta película.
ResponderEliminarRespecto a la película, a pesar de no tener prácticamente banda sonora y ser parco en los diálogos, la imagen y la historia transmite, logra atraparnos y no da respiro al espectador en ningún momento. Me ha gustado.
Gran presentación, Beli, muchas gracias.